En una apacible mañana
muy tranquila y serena
contemplando la quietud,
con la vejez en su plenitud,
aquella anciana de rostro triste,
sufrida y avejentada,
¡Muy feliz ! en un tiempo fue...
recuerdos iban y venían,
como estrellas fugaces, recorrían
su cerebro agotado por los años,
recuerdos de su feliz infancia,
adolescencia y juventud
de su madre llena de salud,
de las sabias palabras, que con ansia,
desearía escuchar de nuevo...
Su cuerpo en esa silla estaba,
su mente en otros sitios divagaba...
E l tiempo implacable y longevo
su feliz pasado le ,
así transcurrían los días,
las noches también corrían...
La anciana triste y melancólica
su tiempo final esperaba
paciente, resignada, muy rica
en añoranzas, su tiempo terminaba....
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